Por su naturaleza desconfiada, y su enorme ignorancia, Néstor Kirchner se asesoró en sus maniobras de lavado por contadores y escribanos pueblerinos de su círculo de confianza en Santa Cruz, en lugar de asesores de lavadores de grandes ligas internacionales. Por eso las maniobras que hoy están siendo investigadas dejaron un rastro muy obvio.
De lo primero que hizo fue poner hoteles, la herramienta de lavado de dinero mas básica y conocida del mundo. Como dice cualquier manual de «Lavado para principiantes» un hotel puede declarar una alta ocupación de sus habitaciones sin que se pueda efectivamente controlar que sí estuvieron ocupadas. De esta forma, el hotel justifica la entrada de dinero, que luego paga impuestos (digamos un 30%), pero blanquea el otro 70% que venía de la corrupción, y lo puede entrar al circuito bancario/legal para otras actividades legales.
El problema es el tiempo ha pasado, y la tecnología ha avanzado. Por lo que el lavado en hoteles también deja muchos rastros. Por qué? Porque las reservas hoteleras en la mayor parte del mundo, especialmente las de turismo internacional, no se pagan en efectivo. Las reservaciones se hace mediante motores de búsqueda en internet que se pagan con tarjetas de crédito. O reservaciones de agencias mayoristas que pagan mediante transferencias bancarias. Y los hoteles K no tienen suficiente volumen de transacciones blancas como para justificar el dinero que en teoría generaban los hoteles.
Otra forma burda y escandalosa de blanquear el dinero de los hoteles fue a través de contratos de gran volumen de reservas de dos empresas que los K controlaban: las constructoras de Lázaro Baéz y la empresa estatal Aerolíneas Argentinas. En el segundo caso (Aerolíneas) la desesperación de blanquear el dinero los hizo avanzar en dejar en evidencia un delito anterior: cómo puede ser que la presidenta presione a la aerolínea estatal a comprar reservas a sus propios hoteles? Eso es un negociado que aún a nadie se le ocurrió denunciar en la justicia, ya que parece chico respecto de los otros delitos.
Sin embargo, a pesar de todas las maniobras de lavado, los K tienen un serio problema físico: es tanto el dinero en efectivo, y tuvieron «tan poco tiempo» para lavarlo (se pensaban quedar mas de 12 años) que aún una gran parte está en efectivo, escondido en diversos lugares del país. Hoy, con los controles bancarios y financieros internacionales es difícil andar por el mundo arrastrando kilos de euros y dólares sin que sean detectados.