donde
El dinero de la ruta K salió fundamentalmente de concesiones de obra pública a empresas de testaferros como Lázaro Baez (Austral Construcciones), Cristóbal López (Grupo Índalo) y Gerardo Ferreyra (Electroingeniería).

Tanto el gobierno nacional como el de provincias K licitaban obras públicas (de rutas, calles, planes de vivienda, etc) y las adjudicaban a empresas adictas, que cotizaban con sobreprecio, ya que el dinero en teoría tener que alcanzar para la obra y para la coima, aunque la mayoría de las veces el monto escandaloso de la coima hizo que las obras no se completaran, en algunos casos ni siquiera comenzara.

En algunos otros casos, el dinero salió directamente de las empresas que adquirieron los K mediante testaferros a los que ayudaron a ganar negocios con poco esfuerzo (a cambio de la participación en la empresa). Varios de estos son la compra de YPF por parte de los Eskenazi (pagaron la participación con dividendos de la propia empresa, sin poner dinero), las empresas de casinos de Cristóbal López, entre otras. Recordemos que a diferencia de Menem, que pedía el histórico 10% de comisión, los K siempre quisieron quedarse con la mayoría de la empresa cuando les tocó negociar.

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